domingo, 24 de junio de 2018
🐺
Siempre fuiste un enigma. Nunca supe como definirte y, para ser franca, lo detesto. Odiabas las despedidas y el olvido con toda tu esencia. Por eso siempre buscabas la manera de que te recuerden, con un gesto, una palabra, una sonrisa. Casi siempre lo lograbas. Nunca pasabas desapercibido, eras el tipo de persona al que todos miraban, tal vez sea por tu peinado extravagante o tu forma de caminar casi bailando. Pero cuando llegabas a la soledad de tu hogar y las luces del escenario ya no estaban sobre vos, te volvías chiquito, llorabas desamores y olvidos, sufrías despedidas silenciosas y susurrabas canciones de amor. Será por eso que me enamoré de vos, mientras el mundo se quedaba con la imagen que mostrabas, cuero, tachas y rockandroll, yo pude ver que no eras más que un lobo herido, llorando y pidiendo, bajo la luz de la luna, que por favor no te olviden.
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